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jueves, 31 de mayo de 2012

Mañana, Viernes 1 de Junio - Homenaje a los hermanos Quero y a todos los represaliados del franquismo


Estimados granadinos:

Mañana, viernes 1 de junio, la ciudadanía granadina va a rendir, por fin, merecido tributo a la figura de los hermanos Quero, homenajeando con ellos a todos los guerrilleros antifranquistas, a todos los presos políticos de aquel régimen criminal, a todas las víctimas de aquella tenebrosa dictadura. Para ello contaremos con la presencia del profesor Jorge Marco, estudioso de la lucha guerrillera en Andalucía Oriental y experto en la experiencia concreta de la partida de los Quero, participando también familiares directos de los héroes y parientes de otros represaliados del fascismo.

Os esperamos entonces, a las 6 y media de la tarde, frente a la puerta de la antigua cárcel de la avenida de Madrid. Todos aquellos que no podáis incorporaros a esa hora, tenéis la oportunidad de disfrutar después de la charla-coloquio del profesor Marco, a celebrar a las 19:30, en "La Bombonera" del Complejo Administrativo Triunfo. 

Salud y República Federal.  

martes, 29 de mayo de 2012

La resistencia de los Quero


Un libro cuenta las andanzas de cuatro hermanos perseguidos por la dictadura

Fernando Valverde

El País

15/03/2010

El 4 de agosto de 1944, en la calle Maestro Alonso de Granada, los cuatro hermanos Quero, líderes de un destacado grupo guerrillero antifranquista, entraron en el domicilio de Pedro Segura, juez de la Auditoría Militar de Granada. Querían presentarle sus respetos y una carta de amenaza en mano. "Somos los hermanos Quero", dijeron al juez, que pudo ver sus rostros. "A nosotros es a quien tiene que perseguir". El motivo de la visita no era otro que conseguir la libertad de dos jóvenes inocentes que habían sido detenidos acusados de tener relación con ellos.

Así actuaban los hermanos Quero (Antonio, José, Pedro y Francisco), con contundencia y descaro, con lealtad y firmeza. Sus acciones corrieron como la pólvora por los portales y las escaleras de una ciudad de provincias en plena posguerra que trataba de sobrevivir a la oscuridad. "Para las autoridades franquistas los hermanos Quero eran delincuentes políticos, como todos los guerrilleros antifranquistas que luchaban en las sierras españolas. Para un importante sector de la sociedad, en cambio, eran héroes", explica Jorge Marco, autor del libro Hijos de una guerra: los hermanos Quero y la resistencia antifranquista, que acaba de ser publicado por la editorial Comares.

La historia de los Quero araña el mito hasta gastar las uñas. Tras alistarse en la 78 Brigada Mixta, una brigada del ejército regular que apenas entró en combate y que estuvo destacada en Diezma y en Guadix, tuvieron que comenzar a malvivir en una ciudad hostil, en un país que ya no era el suyo. Aunque antes de la guerra no tuvieron ningún tipo de militancia política, la tragedia trajo consigo su politización, que los unió definitivamente a la causa republicana.

Una vez derrotado el ejército, tras unos años de supervivencia, comenzaron a guerrear contra el régimen con acciones espectaculares que buscaban desprestigiar a las autoridades, mostrar su debilidad y obtener fondos para las familias represaliadas de republicanos. El 20 de agosto de 1941 secuestraron al general Eduardo Entrala Ríos en la calle Alcantarilla, metiéndolo en un coche. Lo mantuvieron oculto durante tres días y cobraron una recompensa de 500.000 pesetas, una cantidad desorbitada en la época.

El 3 de mayo de 1944, día de la Cruz en Granada, propiciaron un tiroteo sin precedentes en el Paseo del Salón, cuando trataban de recoger el dinero de un atraco ante una multitud de personas. Tres meses después, se produjo la famosa visita al juez militar. Esa misma noche, secuestraron al médico Baldomero Bueno López, al que retuvieron varios días. Una nota en un periódico local en la que puede leerse "vendo radio gramola nuevo. Razón: Natalio Rivas 46 a 50" fue la señal de que iba a pagarse el rescate.

El 6 de julio de 1945, los Quero realizaron dos acciones. Por la mañana secuestraron al banquero Manuel Rodríguez-Acosta en su propia casa. El secuestro se resolvió en unas horas y consiguieron 250.000 pesetas. Esa misma tarde secuestraron en la calle Gran Vía al empresario Andrés Sánchez Montes. Por la noche, ya tenían 250.000 pesetas más. En un día recaudaron 475.000 pesetas para la resistencia.

Al parecer, el propio Franco se interesó por el caso de los Quero, que empezaba a ser tan sonado como molesto. Aquellos guerrilleros que bajaban a la ciudad para sembrar el pánico y regresaban a las montañas, donde eran tratados como héroes. En su despacho, el Caudillo guardaba en un cajón los expedientes de seis maquis. Dos de ellos eran sobre los Quero.

"Su espacio de acción fue el urbano, algo poco común en la resistencia antifranquista española, y, además, la espectacularidad y osadía de sus acciones no tenía parangón en España", explica Jorge Marco.

Los hermanos, ya convertidos en leyenda, hicieron un pacto: No iban a dejarse coger vivos, se suicidarían antes de que esto ocurriera. Y así parece que ocurrió.



** En la imagen, de izquierda a derecha y de pie, Paco, Pepe y Antonio Quero Robles; echado, uno de sus compañeros de armas, Matías García Fernández, alias "El Matías". El profesor Marco, quien nos ha facilitado amablemente la fotografía, la fecha en el verano o el otoño de 1943. Probablemente, fue tomada en  las estribaciones de Sierra Nevada.

domingo, 27 de mayo de 2012

Convocatoria - "Recordando a los hermanos Quero, héroes de la guerrilla urbana antifascista de Granada"


Próximo viernes, día 1 de junio de 2012, en la ciudad de Granada: 

Programa de actividades: 

1ª. 18:30 horas. Concentración en homenaje y desagravio a los hermanos Quero y a todos los represaliados del franquismo, en la portada de la antigua prisión provincial de Granada (avenida de Madrid).                 

2ª. 19:30 horas. Conferencia a cargo de Jorge Marco Carretero*, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid y autor de la monografía "Hijos de una guerra. Los hermanos Quero y la resistencia antifranquista" (Comares, 2010), en la Sala de Conferencias "La Bombonera" del Complejo Administrativo Triunfo (cuesta del Hospicio, s/n).



Autor del cartel: Jota Medina. 

* Aprovechamos la ocasión para informaros de que, el día anterior a la celebración de los eventos de recuerdo, el jueves 31 de mayo, a las 7 y media de la tarde, el profesor Marco presentará su nuevo ensayo, "Guerrilleros y vecinos en armas. Identidades y culturas de la resistencia antifranquista" (Comares, 2012), en la librería Picasso de la calle Obispo Hurtado, nº 5.

** A continuación, os dejamos con la opinión de Bernardo Quero Robles, hermano menor de los legendarios guerrilleros granadinos, sobre el homenaje que vamos a tributar a sus hermanos. El vídeo, grabado el pasado 24 de mayo por el compañero Gustavo José Bravo Vargas, es sólo un anticipo del impresionante testimonio de Bernardo sobre la trayectoria de los Quero, el cual difundiremos completo en las próximas semanas:



viernes, 25 de mayo de 2012

Yo también pito al rey, a la Corina, al tripríncipe, a Urdangarín y hasta a Froilanín


Arturo del Villar

Web UCR

23/05/2012

No acudiré al estadio para presenciar el partido final de la Copa del Rey, porque creo que el fútbol es el opio de los pueblos y la rémora del progreso social, dicho sea con permiso de Marx. Pero saldré a la terraza de mi casa a la hora de inicio del partido, para silbar con todas las fuerzas de mis pulmones.

Es la única manera de que disponemos los españoles para demostrar nuestro rechazo a la monarquía del 18 de julio, instaurada por el dictadorísimo con el propósito de continuar su régimen genocida. Instauró una monarquía vitalicia y hereditaria, en la que se supone que el llamado tripríncipe de Asturias, Girona y Viana heredará la corona a la muerte o incapacidad declarada de su padre, y así sucesivamente, mientras los vasallos lo toleremos. No se nos permite opinar, nunca hemos podido hacerlo desde que los militares sublevados ganaron la guerra gracias a la complicidad del nazifascismo europeo y del Vaticano.

Los medios de comunicación conservadores, que son todos los existentes en el reino, con algunos pequeños matices diferenciadores, critican hoy negativamente la invitación de Amaiur para participar en la pitada nacional. Alegan que el rey, la bandera bicolor y el himno denominado Marcha Real son patrimonio de todos los españoles, y por lo mismo hay que respetarlos. No es cierto. Muchísimo españoles reclamamos la posibilidad democrática de elegir libremente al jefe del Estado cada cierto tiempo, y reconocemos como enseña nacional la aprobada por decreto de fecha 27 de abril de 1931, con "tres bandas horizontales de igual ancho, siendo roja la superior, amarilla la central y morada oscura la inferior". En cuanto, al himno nacional, el único legal es el de Riego, evocador de los heroicos paladines de la libertad frente a la tiranía monárquica.

La fascistísima presidenta de la Comunidad de Madrid, la deslenguada condesa de Murillo, alias La Espe, ha tenido la ocurrencia de proponer que el partido se celebre a puerta cerrada, sin asistencia de público, para evitar la pitada al rey o al tripríncipe o al que lo represente en el palco. Es una propuesta lógica en los cortos alcances de su pensamiento fascista, puesto que se trata de una manera más de impedir a los vasallos manifestar nuestra opinión sobre la monarquía.

Si no se nos permite reclamar la celebración de un referéndum para conocer la voluntad popular respecto a la forma del Estado, no tenemos otro medio de expresarnos que pitando al rey en sus apariciones públicas, ya sea con su legítima o con su barragana de turno, y a su hijo presuntamente sucesor, y a su yerno el ladrón de guante real, y hasta a su nieto el cazador de pies, que es una categoría anterior a la de cazar leones. Por el momento. Hasta que el Partido Republicano de Izquierdas se consolide. Entonces nadie pitará, porque todos estaremos gritando a una voz: ¡Viva la República Federal!

http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/monarquia/casa-irreal/4479-yo-tambien-pito-al-rey-a-la-corina-al-triprincipe-a-urdangarin-y-hasta-froilanin

* Viñeta de Mena.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Recuperemos la fiesta de la Mariana


Francisco Vigueras Roldán*

Granada Hoy

22/05/2012

¡Oh, qué día triste en Granada, que a las piedras hacía llorar, al ver que Marianita se muere en cadalso por no declarar! Hermosos versos que Federico García Lorca dedicó a Mariana Pineda, heroína de la Libertad: "Ya no verán tus ojos las naranjas de luz que pondrá en los tejados de Granada la tarde -decía el poeta-. Ni sentirás la dulce brisa de primavera pasar de madrugada tocando tus cristales. ¡Clavellina de mayo! ¡Luna de Andalucía". 

El 5 de mayo de 1929, García Lorca recibió un homenaje en el Hotel Alhambra Palace por el éxito que obtuvo en el Teatro Cervantes, donde se estrenó su Mariana Pineda. La obra se representó en plena dictadura de Primo de Rivera y estaba considerada como una escenografía polémica, por lo que el poeta temía una respuesta violenta por parte de los colectivos ultraconservadores más exaltados. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. La actriz Margarita Xirgú, que dio vida a la Mariana de Federico, logró una ovación sin precedentes del público granadino. Lorca triunfaba por fin en Granada y sus amigos no se lo pensaron dos veces, había que celebrarlo por todo lo alto en el hotel alhambreño, el más emblemático de la ciudad. La persona elegida para pronunciar el discurso fue Constantino Ruiz Carnero, director de El Defensor de Granada e íntimo amigo del poeta: 

"Queremos romper esa estúpida tradición de que son las gentes de fuera quienes descubren los valores granadinos. A García Lorca, renovador de la lírica española, lo hemos descubierto los propios granadinos y hemos dicho a Madrid y al resto de España: Ahí lleváis un poeta que ha nacido en Granada y que tiene toda la magnificencia de esta prodigiosa tierra andaluza". 

García Lorca y Ruiz Carnero veían en Mariana Pineda el símbolo de la liberación de la mujer, que en los albores de la segunda República empezaba a salir del hogar para participar en la vida ciudadana. Mientras Federico escribió el drama sobre la heroína para apoyar al incipiente movimiento feminista, Constantino hizo lo propio en las páginas de El Defensor

"La mujer ha ganado sus primeras batallas y bate al hombre en todas sus trincheras. En los colegios electorales, en los cargos públicos, en la medicina, en el foro, en el estadio, en la tribuna… Ya no existe zona alguna vedada a las actividades de la mujer". 

Granada Abierta se siente heredera de la Mariana que nos legaron granadinos ilustres como García Lorca y Ruiz Carnero. Un personaje histórico que simboliza libertad, igualdad y lealtad, y que hoy está más vigente que nunca. Cuando pedimos que el 26 de mayo, Día de Mariana Pineda, sea declarado "Fiesta Local" por el Ayuntamiento, no estamos pidiendo nada nuevo. Ya era fiesta antes de la República y los granadinos de entonces la celebraban con un homenaje solemne y una verbena popular. 

En 1931, en coincidencia con la proclamación de la Segunda República, el Ayuntamiento organizó grandes fastos en homenaje a Mariana con motivo del centenario tal y como informaba El Defensor de Granada: "Un gentío inmenso se apretujaba en los cuatro laterales de la hermosa plaza e invadía el centro, en la primera velada conmemorativa. El adorno del monumento era también bellísimo y muy artístico. Plantas y flores variadas lo avaloran, y los reflectores de distintas tonalidades forman un artístico y bello conjunto. Mucha animación, mucha alegría popular dan su más justo carácter a esta fiesta conmemorativa, y que duró hasta pasada la medianoche". 

A la mañana siguiente, una multitudinaria procesión cívica, presidida por el ministro de Justicia, Fernando de los Ríos, recorrió las calles de Granada: "El día de ayer, 26 de mayo, fue una jornada gloriosa para la Libertad y la República -decía El Defensor-. Lo fue también para Granada, porque el pueblo granadino supo honrar con todo fervor, con todo entusiasmo, con toda grandeza, la memoria de aquella heroica mujer que fue asesinada hace cien años por el despotismo. Una inmensa muchedumbre, como no se recuerda en Granada, se manifestó por las calles de la ciudad, en procesión civil, para llevar hasta el monumento de Mariana Pineda lo más puro y emocionado del sentimiento popular". 

Pero aquella fiesta laica y abierta, en la que cabíamos todos y todas por encima de ideologías y creencias, fue suspendida durante la guerra civil y finalmente prohibida por la dictadura franquista. Por tanto, lo que Granada Abierta intenta es recuperar una fiesta que ya existió y que exalta valores profundamente democráticos, recogidos en la Constitución y en el Estatuto de Autonomía. Mariana forma parte de la tradición progresista y democrática de nuestra ciudad. Estamos hablando de un personaje reconocido por la Unión Europea que ha puesto su nombre a la entrada principal del Parlamento de Estrasburgo. 

Mariana Pineda fue cruelmente asesinada con garrote vil el 26 de mayo de 1831. Su ejecución no solo pretendía castigar a los liberales -afirma Antonina Rodrigo-, sino dar también un escarmiento a las mujeres que pretendían participar en la vida política y social. Mariana es mucho más que una "heroína de la libertad", se ha convertido en un símbolo de la lucha por la igualdad. El tormento que sufrió por parte de sus verdugos, nos recuerda a las mujeres que siguen siendo víctimas en el cadalso de la violencia machista, 19 en lo que va de año. Un motivo más para que el próximo 26 de mayo nos concentremos en la Plaza de la Mariana y reivindiquemos al Ayuntamento: "Mariana, Fiesta Local". 


* El autor es coordinador de Granada Abierta por la Tolerancia, plataforma ciudadana de la que forma parte UCAR-Granada desde el pasado mes de marzo de 2012. El sábado que viene, día 26 de mayo, a las 8 de la tarde, Granada Abierta ha convocado una nueva edición de "Mariana, Fiesta Local", a celebrar en la plaza dedicada a la heroína en nuestra ciudad. Allí os esperamos.

* En la imagen, la citada plaza de Mariana Pineda en 1885, poco más de medio siglo después de la ejecución de la mártir liberal. 

domingo, 20 de mayo de 2012

Un año de ruptura


El coordinador de CT o la Cultura de la Transición ve desde su ventana los movimientos sísmicos en la sociedad provocados por el ciclón 15M

Guillem Martínez*


18/05/2012

Hace poco más de un año, Amador Fernández-Savater –Amador sabe y ha verbalizado tanto a la Cultura de la Transición (CT), que la CT tendrá que darle una colleja– me envió un artículo en el que planteaba la muerte de la CT, y la insería en una cronología que comenzaba el 11M del 2004. Recuerdo que le contesté con un mail desanimado, en el que expresaba mi impresión personal de pesar, de estar remando al viento. Le vertebraba, en un plis y con pocas palabras, mi estado de ánimo rabino-de-Vilmastyle. El rabino de Vilma, en fin, defendía que para saber que el Mesías no ha venido, era suficiente con asomarse a la ventana. Si hubiera venido, mirarías por la ventana y lo sabrías. Las cosas gordas, en fin, ocurren por la ventana. Y yo miraba por la ventana –o ni eso, me bastaba mirar a la pared o las pelusas del suelo–, para saber que la CT seguía siendo el campo de juego de cualquier juego posible.

Pero apenas unas semanas después te asomabas, es un decir, a la ventana y veías, en mi caso, la Plaça Catalunya, repleta de personas mirándose a la cara y hablando de cosas que superaban el marco de la CT. Lo que para Amador era el resultado de una cronología –y para mí, una seta inesperada– existía. Y existía en franco roce con la cultura hegemónica. La CT tardó, de hecho, dos semanas en verbalizar el fenómeno. La prensa ad hoc utilizó primeramente, para tirar millas, los palabros “radicales” y –si bien el primigenio 15M no estaba contra el sistema de pesos y medidas– “antisistemas”, hasta tirar la toalla y recurrir a la cosa “indignados”, que no viene a significar nada, salvo la incapacidad de utilizar las anteriores palabras, provistas de autodefinición paralela, como el palabro “violentos”, ese hit CT con el que la CT te arreaba en la cabeza. Y eso es, posiblemente, lo que pasó en breve tras el 15M. La incapacidad de la CT, por primera vez en 35 años, para describir la realidad, para arrearte en la cabeza. Que se tradujo en la incapacidad para gestionar la realidad culturalmente. En junio, con motivo del Catalunya Place 2011 Mossos Tour’s, el Estado perdió, por primera vez, su capacidad para ser la fuente de información ante la violencia, para señalar lo que es violencia o no y para imponer la suya. Una capacidad que, meses después, perdía aún más y más notoriamente en torno al Institut Lluis Vives, en València, y que le ha abocado a la soledad y a cierto ridículo internacional con las detenciones del 29M, unas detenciones no acogidas a derecho, y que recuerdan a la Escuela Vasca de Kárate a los Derechos Civiles, que en el País Vasco operó en tiempos, sin chirríos, amparada por ese chollo cultural que suponía la CT.

Sin penalización cultural, sin una CT operativa al 100%, como en sus glory days, se ha podido hablar de violencia. Y se ha ampliado el concepto. Un movimiento no violento ha verbalizado cacharros, agárrate, como la violencia económica, la financiera, la policial, la jurídica, la informativa, la gubernamental. Ha podido verbalizar violencias imposibles tan siquiera de imaginar hace un año, como el fin de la democracia y del Estado del Bienestar. El/los Gobierno/s, en el trance de finiquitar el Estado del Bienestar, la forma de democracia en Europa –proceso iniciado con los presupuestos de este año y que culminará, todo apunta así, con los del año que viene–, se ha/n visto desprovisto/ s del discurso democrático, cohesionador, vertical de la CT. Y han hecho lo que han hecho a pelo. Sin el cojín de una cultura. Con absoluta brutalidad.

En Barcelona, una ciudad más alejada que Madrid del poder, quien ha querido ha conseguido fabricar un periodismo no CT, que ha podido hablar de la realidad y ha podido controlar el poder. Es decir, describirlo y aludir a la brutalidad de la desaparición de la democracia y del bienestar con, precisamente, esas palabras exactas. Se ha asistido a un periodismo con un nuevo sujeto. El sujeto ya no es el Estado –somos nosotros, la sociedad– y su objeto ya no es mantener la cohesión. La cohesión, fuera de la CT, es un cacharro al que no se accede por propaganda cultural, sino por la economía y los derechos. Se accede por planteamiento de problemáticas.

El 15M, en fin, ha supuesto la construcción de una ventana que ha permitido ver la realidad. Una realidad que, desprovista de los filtros culturales de la CT, permite otra recepción. Hemos fabricado esa recepción en este año. Sólo por eso, sólo por esa ventana, por esa revolución cultural, por esa opción libre de la mirada, el 15M ya es un éxito. Será la pera si, después de este año, conseguimos modular la realidad que hemos podido apreciar y describir. Eso supondrá –me temo, y como no reformulen la CT– un combate contra un Estado que ya no recurrirá a preciosismos culturales. Será contra un Estado que ya ha hecho en sólo un año lo penúltimo que puede hacer: pegar y detener ilegalmente. Glups.


* El periodista Guillem Martínez es el coordinador de la obra coral CT o la Cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española (DeBolsillo, 2012), un interesante proyecto colectivo destinado a airear las miserias del "paradigma cultural hegemónico en España desde hace más de tres décadas", en palabras del propio Martínez.

jueves, 17 de mayo de 2012

La Cultura de la Transición reina, pero ya no gobierna


Amador Fernández-Savater**


12/05/2012

Hay una fórmula que se aplica a la monarquía en Inglaterra: “reina pero no gobierna”. Lo mismo le pasa ahora a la Cultura de la Transición (CT): aún reina pero ya no gobierna. Es decir, ya no manda en nuestra cabeza: no vemos con sus ojos, ni hablamos con su boca, ni escuchamos con sus oídos. Mientras monologa en la televisión y los periódicos, nosotros conversamos en la Red y las calles.

La CT se presentó siempre como la única alternativa posible al desastre: golpe militar, poder de la Iglesia, ETA. Pero cada vez la percibimos menos como protección de nada y más como una amenaza a todo. Recorta, precariza y privatiza la misma posibilidad de futuro. La política del PP no es una anomalía en la CT, sino el extremo de la misma cadena. Los “demócratas de toda la vida” que se horrorizan ante el desmontaje de los restos del Estado del Bienestar son bienvenidos, pero llegan tarde y mal. Porque lo que permite al PP hacer lo que está haciendo es la subordinación de la política a las necesidades cambiantes de la economía global y la criminalización y el ninguneo de toda posición crítica. Es decir, la CT.

Por todo eso me sorprende tanto la pregunta constante por los logros del 15-M. Están a la vista y son determinantes. El clima 15-M ha logrado reabrir masivamente la pregunta política por excelencia: ¿cómo queremos vivir juntos? Es decir, cómo queremos gobernarnos, educarnos, curarnos, repartir la riqueza, etc. Una pregunta que la Cultura de la Transición ha mantenido cerrada durante décadas. “No hay pregunta, porque ya tenemos la respuesta”, nos decía. Representación, expertos, sistema de partidos y neoliberalismo.

La CT no nos enseñó a hacer preguntas. Nos enseñó a escuchar a los mayores con miedo, a repetir y conformarnos con lo que decían las voces autorizadas que aparecían en televisión: “esto es lo que hay”. La CT ha tratado de desactivar la cultura como interrogación crítica y autónoma sobre la sociedad. Nos decía quién podía hablar y de qué podía hablarse. Privatizaba la realidad. Hemos tenido que aprender a hacer preguntas por nuestra cuenta y de espaldas a la cultura oficial, en espacios de sombra. Durante años parecía que era cosa de locos, de marginales o antisistema. Pero hoy la realidad se cae a pedazos, las preguntas sobre la vida nos estallan en la cara a todos, casi me atrevería a decir que cualquiera está obligado a pensar críticamente. El 15-M pusimos juntos nuestras preguntas en el centro de todas las ciudades y de todos los debates. De golpe los consensos de la CT se vaciaron de sentido al grito de “lo llaman democracia y no lo es” y “no nos representan”.

La CT es hoy una cultura completamente desconectada de la realidad: está de cacería permanente en Botsuana. Gira en torno a sí misma, se ha vuelto loca. Política de tierra quemada y paracaídas de oro. Ignora, desprecia y teme a la gente. La realidad que aún logra configurar tiene cada vez menos legitimidad. Por eso la estrategia del miedo: meter en el cuerpo y la mente social todo el miedo posible, que aceptemos la CT como mal menor y único poder de salvación. Pero hay que leer también la estrategia del miedo como una señal de debilidad: ya no se obtiene nuestra adhesión por otros medios.

La CT nos lleva directos al desastre de la devastación económica, social, ecológica y la guerra de todos contra todos. Vaciar la CT y reabrir la pregunta política por la vida en común es lo mismo: nuestra única posibilidad de autorizar el futuro. Para todos.

* Este texto sale de unas notas que me hice para una entrevista en la radio sobre el libro CT o Cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española (Mondadori, 2012).


** Amador Fernández-Savater es editor e investigador independiente. Dirigió durante años la revista Archipiélago y ahora impulsa con otros amigos la editorial Acuarela Libros. Ha participado en varios movimientos sociales desde mediados de los años 90. Se presenta a sí mismo como un "escriba del 15-M" y lo explica de este modo: "desde el comienzo voy haciendo el trabajo de escuchar y registrar, de traducir algunos pensamientos latentes a concepto, de dar forma y devolver todo el rato" (fuente: revista de cultura Ñ del diario argentino Clarín).

martes, 15 de mayo de 2012

Más 15M


Armando B. Ginés


15/05/2012

Los partidos políticos de la izquierda parlamentaria muestran sus simpatías a medias por el movimiento 15M, mientras los sindicatos mayoritarios ponen la sordina a sus comunicados públicos. Ni unos ni otros están en contra pero tampoco quieren echar flores de modo manifiesto. Muchos se acercan al 15M de tapadillo, a título individual.

El surgimiento del 15M puso en solfa muchos clichés intocables de la transición: la forma de Estado sobrevenida por la dictadura franquista, los límites del sistema consensuado desde arriba y la democracia reducida al pactismo institucional y los votos cautivos ahormados por la ley electoral.

No había cauces (sigue sin haberlos) para que el pueblo (la clase que vive de trabajar) pudiera expresar adecuadamente sus inquietudes y capacidades. El pulso vital de la ciudadanía estaba desaparecido desde hacía décadas siguiendo el curso de maneras de hacer política que ya no aportaban ideas originales o renovadas de canalizar la participación del pueblo llano.

El 15M tiene mucho de espontáneo, intuitivo, utópico, sin líneas predefinidas claras. Está germinando algo que todavía no tiene nombre. Teoría y práctica surgen en el instante concreto, aquí y ahora. Los mensajes son heterogéneos, sin embargo todos coinciden en que las políticas que se llevan a cabo no representan ni solucionan las expectativas materiales de la ciudadanía común.

Por lo visto y escuchado, los conceptos que se barajan no ponen radicalmente en cuestión el régimen capitalista. No se menciona expresamente la categoría capitalismo, solo se enumeran causas y efectos que la crisis y el reparto injusto de la riqueza generan en las personas trabajadoras, escolares, universitarios, inmigrantes y pensionistas. Tal vez sea esta una forma de llegar a pensamientos más estructurales a través de una didáctica colectiva y pedagogía crítica que saque de cada cual el potencial anestesiado por tanta ideología ultraliberal y seudosocialdemócrata instilada en vena desde la muerte de Franco.

Este despertar lento puede tener grandes ventajas: sin hacer proselitismo agresivo todos podríamos alcanzar las evidencias de forma propia sin intermediarios vanguardistas ni líderes carismáticos. Un camino muy socrático que pudiera alumbrar el hombre (y la mujer) nuevo que Gramsci tuviera en mente en otros tiempos y circunstancias históricas.

Este método que ensaya (conscientemente o no) el 15M pone en el disparadero a los políticos y sindicalistas de la izquierda transformadora asentados en las verdades míticas pergeñadas durante la transición. Todo mito ha de ser volteado, más tarde o más temprano, por la razón que busca con sinceridad el progreso social de la inmensa mayoría. Si el 15M sirviera para derribar esas colosales columnas de humo edificadas en los años 70 y 80 del pasado siglo, otra sociedad, otro mundo estaría más próximo.

Los mitos de la transición no valen ya para el siglo XXI. El 15M pide a gritos otro contrato social más equitativo (laicismo, ecologismo, republicanismo y pacifismo incluidos), más democracia participativa y más servicios públicos de calidad. Sí, cierto puede ser que muchos de estos principios se hallen en algún enunciado interno de los partidos y sindicatos de izquierda, pero ya hace décadas que son meros rellenos de sus programas electorales o documentos de acción sindical.

Más 15M debería traer consigo una conciencia social más crítica y una disposición personal más activa en todos los ámbitos: laboral, ciudadano y como sujeto político. Más 15M es menos miedo, más capacidad de lucha, menos resignación y más capacidad para detectar los mitos que genera el sistema capitalista para seguir consumiendo nuestras vidas mientras compramos quimeras en el centro comercial de turno.


domingo, 13 de mayo de 2012

Denuncian al rey por cohecho impropio por su cacería en Botsuana


Un movimiento republicano lleva ante la Fiscalía el safari del monarca que pagó el empresario saudí Kayali

Juanma Romero

Público

12/05/2012

La cacería de elefantes en Botsuana podría salirle algo cara al rey. Un grupo de ciudadanos ha denunciado al monarca ante la Fiscalía Anticorrupción por un presunto delito de cohecho pasivo impropio, por haber aceptado que el empresario saudí Mohamed Eyad Kayali corriera con los gastos de un safari de lujo que trascendió sólo porque el jefe del Estado tuvo que ser operado de urgencia por una fractura en la cadera derecha

El escrito, al que ha tenido acceso Público [descargar aquí], ha sido elaborado por el letrado José Luis Escobar y promovido por el Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC). La denuncia hace primero un relato de hechos: la intervención del rey y las informaciones divulgadas en varios medios de comunicación de que Kayali es administrador y hombre de confianza del príncipe Salman bin Abdulaziz al Saud, ministro de Defensa de Arabia Saudí y representante de los negocios de la dinastía saudí en España. Kayali fue además una de las piezas claves para la concesión a nuestro país del AVE entre La Meca y Medina.  Y se le señala "como el eslabón imprescindible para la compra de crudo por empresas de nacionalidad española" a Riad. 

A partir de ahí, el texto se adentra en justificar por qué Juan Carlos pudo cometer cohecho impropio, el mismo tipo penal que perseguía al expresidente Francisco Camps en el caso de los trajes, por el que finalmente fue absuelto. Se produce ese delito cuando una autoridad, en provecho propio, admite "dádiva o regalo que le fueren ofrecidos en consideración a su cargo", según el artículo 422 del Código Penal. Los denunciantes se basan en la doctrina del Tribunal Supremo expuesta en la reapertura, precisamente, de la causa de los trajes en 2010, que estipuló que sí hay delito si la entrega y aceptación del obsequio se vincula con la "especial condición y poder" que dimana del cargo público desempeñado por el receptor. Es decir, que no hace falta una contraprestación para observar ese delito de cohecho pasivo.

Dos lecturas del 56. 3

No obstante, el escollo más difícil de superar, y que se intenta desentrañar en la denuncia, es el de la inviolabilidad del rey, que consagra el artículo 56. 3 de la Constitución. Escobar señala que una interpretación "teleológica e histórica" del término implicaría que el monarca ni siquiera podría ser juzgado y condenado en casos de de robo, asesinato o violación. Una lectura que entiende "anticonstitucional y anacrónica". El abogado defiende, por el contrario, acotar el significado del aserto de la Carta Magna. ¿Cómo? Precisando que el rey sólo "es irresponsable en sus actos como jefe de Estado, para los que necesita refrendo" de un miembro del Gobierno. La irresponsabilidad, dice el texto, no implica que Juan Carlos "pueda hacer lo que desea, sino justo lo contrario, que no puede oponerse a decisión alguna de las que tiene encomendadas constitucionalmente".

Pero esa irresponsabilidad no puede concebirse como un "privilegio personal", rebate Escobar. Y para ello se aferra a que hay actos del monarca que no necesitan de ningún refrendo, como ocurre con la organización de la Casa Real y la libre distribución de su presupuesto, según preserva el artículo 65 de la Carta Magna. Además, España ratificó el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (de 17 de julio de 1998), que en su artículo 27.1 establece que el tratado es aplicable "por igual a todos", y por tanto "el cargo oficial de una persona, sea jefe de Estado o de Gobierno" no le exime de responsabilidad penal "en ningún caso". Las Cortes ratificaron el tratado en 2002 y no hizo excepciones a ese precepto.  

Escobar es consciente de las dificultades de esta denuncia contra el rey. Y sabe que podría tener poco recorrido, frustrarse a la primera. Pero sostiene que llegará hasta el final, "hasta el Tribunal Constitucional", para que al menos emita doctrina de hasta qué punto es inviolable el jefe del Estado. La tarea se presenta titánica. Porque hasta ahora no hay precedentes.


jueves, 10 de mayo de 2012

Discursos de guerra


El discurso de Esperanza Aguirre que clausuró el XV Congreso Regional del PP de Madrid, «vacío de cualquier valor intelectual, pero repleto de guerra» sirve al autor para criticar el patriotismo «de pico y pala» -otra vez los cien mil de la Plaza de Oriente- como receta para salir de la crisis. Denuncia las manipulaciones y el recurso a envolverse en la bicolor, la deriva autoritaria de quienes exigen sacrificios y fe en el futuro a consta de un empobrecimiento generalizado del pueblo. En un lenguaje directo se dirige a la Sra. Aguirre exigiéndole que no «fastidie más», convencido de que la gente buscará la forma de dar la vuelta a esa ofensiva guerrera

Antonio Álvarez-Solís*


08/05/2012

Esos discursos con que el Partido Popular clausuró su XV Congreso Regional de Madrid estrangularon de nuevo cualquier camino dialéctico. Fueron unos discursos vacíos de cualquier valor intelectual, pero repletos de guerra. Como siempre. Madrid es una finca del fascismo, como ya se demostró, una vez más, en la potente quinta columna que trató de impedir la defensa de la ciudad frente a la turba armada del general Franco. Tuvo que ser el V Regimiento, ajeno a la madrileñidad, quien contuviera a los bárbaros del Genocida. Y después tuvieron que llegar las Brigadas Internacionales. Madrid es una ciudad alimentada y carcomida socialmente por una masa funcionarial, necesariamente reaccionaria, y una élite de mentalidad terrateniente sustentada por una supuesta y barroca intelectualidad de café y sobre ministerial. Todo eso volvió a quedar claro en el discurso principal del Congreso, el de Esperanza Aguirre.

Es difícil entender que a estas alturas de la historia, aunque vivamos los duros estertores del fascismo universal, una autoridad que se tenga por madura siga empleando la retórica retroaristocrática de la Sra. Aguirre ¿Quién puede dignamente en Europa decir que España saldrá de la crisis con «su medicina preferida», que consiste en «trabajar mucho y muy duro, con pico y pala, por Madrid y por España». Otra vez los cien mil de la Plaza de Oriente, con un Franco repolludo asomado al gran balcón monárquico que asila a los reyes crueles y con una bandera «que nos une a todos».

Patriotismo de pala y pico para que con él se desangren más de seis millones de parados, de ciudadanos que ven destrozada su salud, su educación, su vivienda familiar, su posibilidad democrática. Pico y pala. Es decir, la fiel infantería gallega que era sacrificada por unos mandos de botas relucientes y afán de bienes nunca ganados en un servicio honesto y leal a la sociedad. Ese sacrificio que la Sra. Aguirre atribuye a un Rajoy con «valentía, decisión y profundo sentido del patriotismo» frente a la «algarada y la bronca callejera».

Discurso de bandera y toque de carga. Como los de aquellos líderes derechistas que en la República alertaban sobre la sangre que se aproximaba ante los socavados intentos de modernización de España. Toque de arrebato para apoyar a quienes, como subrayó la Sra. Aznar, alcaldesa de Madrid por ascenso en la escaleta, están haciendo «los sacrificios que exigen las buenas políticas que acabarán creando empleo y riqueza». Sacrificios sempiternamente demandados en España por las minorías que emplean la pantalla de la democracia para barrer las masas con todos los instrumentos del poder. Y no digan y repitan como loros que la actual situación la produjeron los socialistas que, eso sí, se acomodaron en el carro enloquecido de oro falso que puso en marcha el gran falsario José María Aznar, maquinista de la burbuja inmobiliaria aprendida en los despachos de los grandes depredadoras, pequeño príncipe Potemkin que disimuló con estuco progresista el páramo profundo de una economía que no contenía nada sólido para garantizar el futuro.

Pero eso no lo vieron esas masas españolas a las que han privado secularmente de su mecanismo de análisis. Insisto: un Aznar que dirigió, junto a figuras como Felipe González y otros personajes del corso nacional, la gran sangría exportadora de capitales para capturar poblaciones laborales destinadas a robustecer el Libro Mayor del desdeñoso capitalismo español.

Frente a ese inmenso tinglado de manipulaciones y patriotismos de bisutería envueltos en la bandera bicolor, para embeleco de feriantes y engaño de transeúntes, se llama una vez más al patriotismo a los del pico y la pala, aunque esta vez también los acomodados voceros del sacrificio popular han acabado con las herramientas -¡con qué no acabarán!-. Voceros patrióticos que no han hecho jamás nada por España y que ahora mendigan a la puerta de las grandes instituciones financieras internacionales un reposapiés para los banqueros de la piel de toro.

No fastidie usted más a los que malviven ante un yermo, Sra. Aguirre. No solicite usted que aquellos que han sido privados de las más mínimas ayudas y han visto recortados todos los servicios públicos destinados a hacer de ellos algo parecido a un ciudadano se lancen a la calle como si hubieran ganado la Champions.

Si acaso diríjase usted a los prelados que aún discuten si los homosexuales tienen alma para que le firmen otra Carta de Cruzada como hicieron cuando los moros de Franco volvieron a la Península para pasar a cuchillo a los republicanos ¡Como recuerdo yo aquellos tiempos en que Su Excelencia decidió compartir el sacro palio con Cristo...! Usted tiene al lado a gente como los Legionarios de Cristo, creyentes de Comunión y No Sé Qué, o a esos a los que denominan Kikos para que la acompañen a distribuir palas y picos patrióticos.

La Sra. Aznar la ayudará a usted en la labor de eliminar, con vistas a la restauración de la normalidad económica, toda suerte de requisitos y papeles para que los arruinados rebañen un puñado de euros y abran un negocio sin más trámites a fin de convertirse en nuevos deudores seis meses después. Porque esa invitación perversa dada la situación es la que puede constituir la nueva burbuja que ustedes quieren crear para conseguir un bajón súbito en la estadística del paro y un nuevo ingreso, aunque sea muy rapado, para los caballeros que comanda el Sr. Botín.

No inventen ustedes nada más y díganle a la Sra. Merkel que sin ustedes volverá la España roja. O sea, que ya verá lo que hace con su trabuco alemán. Eso convence mucho a los que llevan marcada la esvástica en la ingle.

Hablando de inventos, he reparado en uno colosal que ustedes nos han endilgado a cuenta de la persecución del dinero negro producido por los trabajadores, negros también. Se trata de que no se podrá pagar en metálico ninguna factura que sobrepase los dos mil quinientos euros. Verdaderamente el invento es colosal, ya que habremos de echar mano de una tarjeta de crédito o de un talón o cheque bancario, que siempre dejan una señal perfectamente perceptible para los sabuesos de Hacienda ¡Bien por el Sr. Montoro, el travieso gremlin de la economía! Lo que sucede es que para obtener una tarjeta o un talonario ha de abrirse una cuenta bancaria y ya se sabe lo que cobran los bancos por administrar ambas cosas a cuenta del cliente. Ya ve usted, Sra. Aguirre, el curioso truco del almendruco para canalizar hacia los bancos lo que pueda quedarnos en el bolsillo. A mí me recuerda esta iniciativa, así como otras varias alumbradas por los Sres. Montoro y Guindos, los versos que dedicó, creo que el poeta Manuel del Palacio, a un ministro de Hacienda de la anterior monarquía llamado don Manuel Garay: «Querido don Manuel Garay:/ usted nos está engañando,/ usted nos está robando/ el poco dinero que hay». Era una España distinta, hecha de limpiabotas cachondos, mieleros de la meseta, toreros de Triana, diputados de zarzuela, navajeros de Albacete y aristócratas de deuda del Estado. En fin una España que comía poco, pero se divertía. Ahora ya van logrando ustedes lo primero, pero andan muy remisos en eso de la diversión.

Nada más tengo que decirle, Sra. Aguirre. Si acaso indicarle que yo ya tengo mi bandera y ahora ando, como varios millones de españoles más, a ver si encuentro una cartera con cien euros. Prometo no devolverla. Y en este punto no pueden ustedes reprocharme el pecado imperdonable que constituye el robo sin devolución, ya que yo también tengo planes para el futuro.


* Antonio Álvarez-Solís (Madrid, 1929) fue redactor-jefe del diario La Vanguardia, fundador del semanario Por Favor y primer director de la revista Interviú. En la actualidad colabora con el periódico abertzale Gara

martes, 8 de mayo de 2012

Mosqueo


Benito Rabal


Mayo de 2012

Anda el personal un tanto mosqueado con la figura del rey de copas y monarca de los españoles a cuenta de la famosa cacería de elefantes en Botsuana. Y dan para ello varias razones. Dicen que, con lo que está cayendo, cómo se puede ir a cazar por ahí, tan lejos y a un país de negros, con la cantidad de perdices que tenemos en nuestros bellos campos. Dicen, a continuación, que eso es éticamente incorrecto y debe ser que lo dicen porque creerán que es ético el mantenimiento de la institución monárquica, con todo lo que nos cuesta y supone, eso sí, siempre que no se sepa el despilfarro al que nos tienen acostumbrados sus coronados miembros. Esto es, que se puede y debe mantener a una pandilla de gorrones, pero que no nos restrieguen por la cara su gorronería. 

Dicen también, en defensa de la real matanza de paquidermos, que cada uno tiene derecho a una vida propia, ostente el cargo que ostente. Pero olvidan que la vida propia se la paga cada uno a su libre albedrío y, el sujeto en cuestión, no da un paso sin escolta, secretarios, edecanes y demás lacayos, que pagamos entre todos, al margen de su real – y abultado – salario. Eso, además del avión, coches blindados, escopeta y munición. Y si se lo hubiera pagado de su bolsillo – que no – entonces es que cobra demasiado, con lo que habría que recortarle su estipendio a la altura del salario mínimo interprofesional. ¡Total, para lo que hace!

Sin embargo, lo que más me llama la atención es que lo que ha sulfurado a sus súbditos es que matara elefantes. ¡ Tantos años olvidando que ha matado a personas y ahora resulta que es peor matar elefantes! Porque, digo yo, cuándo estaba a la vera, verita, vera de su Excremencia el sapo Iscariote y ladrón, Generalisiiisiiisiisiimo Franco, ¿qué hacía su heredero, el actual monarca, jugar al parchís? “¡Hombre, no es lo mismo!”, me dicen cuando lo saco a colación en la conversación entre amigos durante el aperitivo. ¡Pues claro que no es lo mismo! El rey estaba allí mientras se firmaban penas de muerte, se disparaba a los manifestantes, se torturaba, se apaleaba y se mataba de hambre a los mismos súbditos y sus descendientes que ahora le pagan sus excesos. El que calla otorga, pero él hacía algo más que callar. Él estaba allí, sentado al lado del Gran Asesino, legitimando sus desmanes bajo la forma de una nueva Restauración monárquica, desgraciadamente tan parecida a la de sus antecesores – Fernando VII o Alfonso XII, por poner ejemplos – que tantas lágrimas nos han traído a los habitantes de éste país. ¡Pues claro que no es lo mismo! Es peor haber sido cómplice del crimen de tantos miles de personas y llevar tantos años callando sobre ello.

Pero dicen que no es momento para plantear la cuestión de la monarquía. Es más, incluso hay quien se enternece con las burdas palabras de disculpa que pronunció el Heredero del Dictador al salir de la clínica – privada por supuesto y pagada, de nuevo, por nosotros – y lo que es peor, hay hasta quién se ríe, como si la cosa se pudiera tomar a broma. 

Es momento, parece ser, de acabar con la educación y la sanidad públicas y universales, de devolver a los inmigrantes su auténtica condición de esclavos, de recordar a los trabajadores y trabajadoras que no tienen más derechos que el de no protestar y callarse si quieren conservar su puesto de trabajo, el que con suerte lo tenga. Es momento de dar carta blanca a las mafias, a la usura, a los traficantes de armas, a los corruptos y a los ladrones.

Pero dicen que no es momento de acabar con la sangría que supone la monarquía, la Iglesia católica – y las demás –, el ejército, la escuela y la sanidad concertadas – subvencionadas con dinero público y sujetas a desgravaciones fiscales - o las cientos de instituciones repetidas y duplicadas en ayuntamientos, ministerios y autonomías.

En fin, que no será su momento, pero sí el nuestro.


* El autor, hijo del mítico actor Paco Rabal, es director y guionista cinematográfico.

* En la imagen, caminan tras el dictador, entre otros, Juan Carlos de Borbón, Torcuato Fernández-Miranda y Luis Carrero Blanco, destacados jerarcas del franquismo.

domingo, 6 de mayo de 2012

No son patriotas


Antonio Márquez de Alcalá*


15/04/2012
Nadie es patria. Todos los somos”
Jorge Luis Borges

Los integrantes de toda una generación de españoles, nacidos tras la llamada transición, hemos sido socializados en los valores de lo que, en realidad, fue un pacto leonino por el cual las fuerzas derechistas y herederas de la dictadura impusieron, bajo la amenaza de una segunda guerra civil, la conservación de sus privilegios a una izquierda timorata y debilitada por cuatro decenios de fascismo. Entre esos privilegios que las clases dominantes y el postfranquismo se arrogaron tácitamente, pero a punta de pistola, está uno de capital importancia: la identidad nacional española, el imaginario sobre aquello en lo que consiste ser y no ser español. Y el hecho de que la izquierda renunciara a toda la tradición, simbología e identidad nacional republicana en aras de la concordia, ha sido uno de los factores que más ha debilitado con el paso de los años a la izquierda política, sindical y, sobre todo, social, al desproveerla de un aglutinante identitario de primer orden. No es casualidad, por tanto, que la izquierda y los movimientos contestatarios hayan conservado más fuerza principalmente en aquellos ámbitos geográficos que cuentan con imaginarios nacionales alternativos, como son Euskal Herría y Catalunya.

Muchos hemos crecido asumiendo que España es, y sólo puede ser, la bandera rojigualda impuesta por los militares golpistas del 36, la llamada “fiesta nacional” taurina, la celebración anual de la conquista y genocidio de América cada 12 de octubre – el “día de la raza” –, la monarquía elegida a dedo por el generalísimo, un himno sin letra alguna, el desprecio hacia el extranjero cuando es pobre – en buena sintonía con las tradiciones feudales de pureza de sangre – y el servilismo hacia el extranjero cuando es poderoso. Y por supuesto, en esa idea de España se incluye el desprecio al trabajo y a la clase trabajadora española en su conjunto; los mismos clanes parasitarios que durante cinco siglos han combatido todo avance social y han procurado mantenerse al margen de los “oficios viles” y de quienes los practicaban – los trabajadores – fueron los artífices de la transición y son hoy los principales responsables de la crisis y de una gestión de la misma absolutamente antisocial.

Es esa casta parasitaria de banqueros, terratenientes, rentistas y propietarios de las mayores fortunas de nuestro país, y sus representantes políticos, que se dicen patriotas, la que califica de “antiespaña” a la mayoría de los trabajadores y ciudadanos. Son quienes difunden la idea del trabajador español holgazán, a pesar de ser en realidad uno de los que más horas y con mayor esfuerzo trabaja en Europa. Son los mismos que, a pesar de decirse patriotas, deciden – junto con el PSOE – reformar la Constitución para priorizar el pago de una deuda ilegítima a los acreedores extranjeros por encima de la defensa del bienestar y los derechos adquiridos de la ciudadanía, y que cuyo plan estratégico para salir de la crisis consiste en convertir a España entera en un gran casino a través de: el desmantelamiento del Estado del bienestar, el saqueo de la propiedad pública, el intento de reanimación chapucera del cadáver de la burbuja inmobiliaria, el fomento del turismo antiecológico, la amnistía para la evasión de impuestos de las grandes fortunas, y la aplicación de la legislación antiterrorista frente a la protesta pacífica. Incluso hemos podido ver recientemente como el mismo Rajoy ha corrido como si no hubiera un mañana a presentarle su plan económico a Merkel y Sarkozy para obtener su aprobación, mientras que ha callado cuando este último ha utilizado el ejemplo de la situación económica española para agitar el miedo entre el electorado francés, consiguiendo que haya tenido que ser la oposición francesa quien dé la cara por España. El objetivo de esa casta que se electriza ante los toros y las rojigualdas es obvio: una vez más, conservar sus privilegios a costa de lo que sea, incluso de transformar un país entero en una región dependiente. El subdesarrollo económico y social es su proyecto político para salvar sus muebles.

Obviamente los principales hitos democráticos de la historia de España en general, y de la República en particular, casan bastante mal con aquellos valores y con estas políticas. Los valores de participación política, equidad social y dignidad nacional que representó el proyecto republicano implican una concepción del mundo político y social diametralmente opuesta. Es perfectamente lógico que la derecha y los grupos de poder económico y mediático abominen de cualquier pretensión de recuperación de nuestra memoria histórica, así como ante cualquier movimiento de cuestionamiento del régimen de la transición o de protesta ante la actual situación político-económica. Movimientos integrados en gran medida por jóvenes, como el 15M o la primavera valenciana, que ya no creen en los mitos inculcados, el movimiento por la recuperación de la memoria histórica, la marea verde en defensa de la educación y los servicios públicos, las movilizaciones populares contra los desahucios, el giro más combativo de los sindicatos, son muestras abrumadoras de descontento ante un sistema que huele a podrido. Y la peste se hace tanto más insoportable al difundirse la conciencia de que han sido precisamente los privilegiados del régimen y sus representantes, con la familia real a la cabeza, los primeros en saltarse todos los consensos y en romper cualquier pacto, aprovechando una crisis que les ha salido muy rentable. ¿Por qué seguir respetando a esa casta y acatando unos acuerdos que ni siquiera ellos mismos cumplen? ¿Por qué seguir creyéndonos su patriotismo casposo, hipócrita y de boquilla que se traduce en un antipatriotismo militante en los hechos? ¿Por qué continuar asumiendo toda su simbología y sus mitos? España será lo que decidamos los españoles, lo que decidamos quienes constituimos el 99%. ¿Para cuando una marea tricolor?

* Antonio Márquez de Alcalá es sociólogo y militante de IU.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=148002

** Visión actualizada de los goyescos "Los fusilamientos del 3 de mayo", a cargo del artista pacogarabato.

viernes, 4 de mayo de 2012

Escándalo rojo




Mayo de 2012

Hay que andarse con cuidado con la cultura postmoderna y sus efectos sobre la vida cotidiana. El efecto más inmediato, tan directo como casi siempre imperceptible (la idea más sibilina del diablo es “colar” que no existe, igual que la ideología dominante), es el estar de vuelta de todo: nadie se escandaliza ni aunque el mundo se derrumbe ante sus ojos. Y la verdad es que el mundo, un cierto mundo, se está derrumbando mientras otro, a nivel de matices si se quiere, está empezando a emerger.

Coinciden ante el no-escándalo: la crisis de la monarquía, el derrumbe del sistema financiero, la recomposición todavía no sangrienta del capitalismo sobre la base del empobrecimiento masivo, los nuevos golpes de estado tecnocráticos de un cierto fascismo sonriente (Italia y Grecia), y el anuncio, por no seguir con una lista interminable, de “golpecitos” territoriales como el que se prepara contra la experiencia “comunista” de Andalucía, a través de la “intervención” si no se asumen religiosamente los dogmas del déficit y la deuda.

El caso de Andalucía es singular, ya que el problema primario no es formar gobierno o no, una vez se ha decidido que no puede pasar el PP y que, además, ya que no se deben dar elecciones anticipadas, la estrategia de IU pasa ineluctablemente por la estabilidad durante cuatro años. El problema primario, que no termina de verse a pesar de sus perfiles escandalosos, es el anuncio de “golpecito” a Andalucía por tierra, mar y cielo. Por tierra: dada la marea azul de la inmensa cantidad de ayuntamientos conseguidos por el PP. Por mar: rodeando el territorio desde el gobierno central a través de recortes, intervenciones parciales, o menos, en conexión con la mayoría minoritaria del PP en el Parlamento andaluz. Y por aire: Europa y sus mercados no se pueden permitir un caso social-comunista como el de Andalucía, más grande que 16 países de la UE-27, y mucho menos después de los importantes matices que parece va a introducir en la arena europea el caso francés; de ahí el anuncio de The Guardian, presentando una especie de modelo económico-militar, de la futura intervención de Andalucía, que aparece rodeada en el gráfico publicado de pequeños guardias rojos.

Pero decía más arriba que la cultura posmoderna, que es la cultura específica del llamado capitalismo avanzado, nos hipnotiza con la tranquilidad del no-escándalo mientras el corazón financiero-mediático que nuclea la llamada actualidad sustituye a dirigentes democráticos por ejecutivos bancarios o disuelve resultados electorales ante la tranquilidad de una inmensa mayoría de ciudadanos (o mejor, televidentes o clientes o consumidores), máxime ahora que se están dando los golpes y “golpecitos” de estado sin utilizar los tanques.

Por eso, desde el escándalo, intento alertar de esta situación y llamo a los andaluces de todos los países y a los revolucionarios y antineoliberales del orbe entero a estar preparados con espíritu de brigada internacional para defender a partir de ahora el caso andaluz frente a los “pinochetistas” sin tanques, por ahora.

http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=1817&sec=6&aut=104

* La última y magistral novela del autor, "Tiempo de ruido y soledad" (Almuzara, 2012), fue presentada el pasado día 28 de abril en la ciudad de los cármenes por nuestro compañero Baltasar Garzón Garzón, vicepresidente provincial de UCAR-Granada.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Clásicos republicanos: «El timo de la memoria», de Vidal-Beneyto


José Vidal-Beneyto*

El País

26/10/1996

Hablo del timo de la memoria democrática. Todo comienza con el decreto de amnesia general que imponen, sin necesidad de promulgarlo, las cúpulas de los partidos políticos al inicio de la transición. Unos, los líderes del PCE, formados en la permanente automanipulación de su historia, esconden sus credenciales antifranquistas, convencidos de que el esplendor de su presente depende de la ocultación de su pasado, cuando sólo las cicatrices de ese pasado de lucha contra el franquismo, pueden fundar el presente de su condición democrática. Otros, los beneficiarios de Suresnes, con la bandera del PSOE en la mano, sitúan ese pasado en una lejanía suficientemente remota y prestigiosa,-Pablo Iglesias y los 100 años de honradez- para que, al mismo tiempo, vele la irrelevancia de su bisoñez y pueda funcionar como garante del consenso heredo-franquista. Los terceros, los aperturistas del Movimiento Nacional, cuando se aprestan a coger el último barco para la democracia piensan, precautoriamente, que lo mejor que pueden hacer es llegar vacíos de equipaje y sepultan en el fondo de sus memorias sus pasados franquistas.

Así, todos a una, los aparatos de los partidos imponen a los españoles un comportamiento colectivo análogo al del síndrome de Korsakov en los individuos. Comportamiento que, por una parte, produce la implosión del contenido de los acontecimientos -las ignominias de la larga noche franquista- e impide su fijación, y por otra, bloquea la rememoración de todo lo acontecido antes de un determinado hecho -las, elecciones de junio del 77 para los franquistas conversos, la victoria electoral del PSOE, en octubre del 82 para los socialistas, de la democracia, etcétera- y les permite volver a nacer políticamente, prístinos e impolutos.

Esa ablación total de la memoria ha hecho posible la autotransformación del franquismo y con ella la legitimación democrática de su élite económica y de su clase política más allá de sus glorias y villanías, de sus logros, su botín y sus desmanes. La eficacia del tratamiento ha sido tal que ha llevado al ministro de Defensa a pedir, con toda seriedad y coherencia, que se aplique otra inmaculada transición a los crímenes y tropelías de nuestra democracia. Ahora bien, no se puede acreditar a los actores y recusar el escenario o desacreditar la obra. Por la brecha que abre la conversión de los franquistas entra el franquismo convertido en predemocracia. Desde luego con unos pequeños ajustes eufemísticos que forman parte, ya para siempre del libro de estilo de nuestros medios de comunicación. A la autocracia franquista se la llamará, en adelante, el régimen anterior, y, a veces, con total impropiedad histórica, el antiguo régimen, que fue un periodo muy otro de nuestra historia. Por la misma razón, nuestros diarios se referirán a la actividad política durante el franquismo de los dignatarios del régimen actual, en términos de su, carrera en el régimen anterior; nuestros periodistas celebrarán el europeísmo de Salvador de Madariaga instituyendo un premio que lleva su nombre y callarán con ocasión de su entrega el papel protagonista que tuvo en el contubernio de Múnich; ni un solo periódico mencionará la ejemplar conducta antifranquista de Buero Vallejo, cuando, últimamente, el mundo español del teatro le rindió, en su 80º aniversario, un bien ganado homenaje; la lucha contra el franquismo de la izquierda española se degradará en el sainete de la peluca de Carrillo -devuélvame la peluca, don Rodolfo, y quédese con todo lo demás-; y así un largo etcétera de eufemismos de ocultación y silenciamiento.

Pero si el régimen anterior fue una predemocracia, los franquistas, perdón, los anterioristas fueron necesariamente unos demócratas predemocráticos, que la historiografía dominante, comienza a entronizar como los auténticos precursores de la democracia. Fueron ellos, nos aseguran sus heraldos atrincherados en la gloriosa transición, quienes lograron la transformación política de la dictadura y no unos españoles residuales, medio ilusos, medio resentidos, que, en el exilio o en el aislamiento interior, ni tenían apenas influencia ni capacidad alguna de acción, como de mostraron los resultados del referéndum para la reforma política. Fueron ellos y sólo ellos quienes trajeron la democracia, pues la transición fue suya y por eso su pasado de franquistas-antecedentes-necesarios-de-la-democracia merece ser democráticamente reivindicado.

Se ha cerrado el círculo. Se ha ocupado el espacio. Del sepultamiento de la memoria hemos pasado a su suplantación. Nosotros no existimos puesto que existieron ellos. No como franquistas sino como predemócratas, como demócratas futuros, que era, nos dicen, el modo más efectivo de ser demócratas entonces. Ese es el timo. No estoy haciendo análisis-ficción, estoy relatando hechos. Sólo un ejemplo. La saga política de Torcuato Fernández-Miranda que, con Lo que el Rey me ha pedido, comienza por el final, es, a este respecto, paradigmática. Hasta en sus vendettas. El próximo volumen nos explicará que cuando Franco, en octubre de 1969, decide resituar en primera línea al Movimiento Nacional, con el fin de crear un contrapeso a los tecnócratas del Opus Dei abrumadoramente mayoritarios en su decimocuarto Gobierno, y ofrece su Secretaría General y un puesto en el Gabinete a Fernández-Miranda, éste lo acepta con el único propósito de hacer del Movimiento Único la catapulta del pluralismo democrático. Como demuestra el lanzamiento de Adolfo Suárez seis años después, en el Gobierno Arias de diciembre de 1975, a la función de ministro secretario general del Movimiento, primero, y a jefe nacional (1976) después, para desde allí, de "la ley a la ley" como gustaba decir el profesor Fernández-Miranda y nos recuerdan sus panegiristas, pasar a presidir el primer Gobierno democrático.

Aún más enjundiosa será la explicación de su impulso democratizador como director general de Enseñanza Media, primero, y Superior, después, en los oscuros años 52 al 59. Pero todo lo andaremos. Y tras don Torcuato vendrán otros y otros egregios colaboradores del dictador. Hasta que un día, que Dios quiera tarde mucho, enterremos a don Manuel Fraga, con los máximos honores de la democracia, en la basílica del Valle de los Caídos entonces ya convertida en Panteón de los grandes demócratas, que para eso la construyeron premonitoriamente los reclusos demócratas primitivos.

Atribuir lo que precede a secuelas de una incurable frustración personal o al síndrome del camisaviejismo es errar el tiro. Al contrario, el razonable grado de satisfacción que, años aparte, me depara la vida, por nada se ve más confortado que por las satisfacciones que producen las incorporaciones a la trinchera democrática de quienes antes se situaban, por sí mismos o su filiación, en la de enfrente. Pues el mayor triunfo de un ideal es que lo abrace quien antes lo combatía.

El intelectual francés Claude Roy había militado en Acción Francesa y había escrito en la prensa antisemita. Cuando en 1941, al entrar en la Resistencia, se lo dijo al gran escritor Aragón, éste le contestó: "Mire usted, lo importante no es de dónde se viene, sino adónde se va y por qué". Ese por qué que tan admirablemente nos contaron Dionisio Ridruejo en Escrito en España y Casi unas Memorias y Pedro Laín en Redoble de conciencia. Ese por qué que nos deben todos los conversos demócratas, fuesen líderes sociales, grandes nombres de la prensa y la cultura o políticos del franquismo, y de modo particular Adolfo Suárez que para eso lo hemos instituido en valedor principal de nuestra concordia democrática. Ese por qué que descalifica las descalificaciones dictadas so pretexto de oportunismo, por los demócratas de toda la vida, más por necedad que por sectarismo. Criticar desde una opción democrática el acercamiento de José María Aznar a Azaña, la visita a Alberti de Esperanza Aguirre o las incursiones en nuestro pasado democrático de Alberto Ruiz-Gallardón y de su equipo, es un puro contrasentido.

Lo deseable es que esa circulación de los nuevos prosélitos por los diversos referentes del pluralismo democrático español se alargue e intensifique y que haga suya la historia de nuestra lucha por las libertades. En la que están, estamos, todos los que estuvimos: los monárquicos de Unión Española, los anarquistas, los republicanos históricos, los liberales conservadores, los comunistas, los demócratas cristianos, los socialdemócratas, los libertarios, los socialistas, los nacionalistas, los cristianos progresistas, los demócratas radicales, los sindicalistas de base, todos.

Y ¿por qué la reivindicación de esa lucha no ha de poder hacerse desde posiciones de centro derecha? ¿Desde qué opción la hizo el general De Gaulle? Ésa es la última reconciliación, la que tenemos aún pendiente. Quienes venían del franquismo legalizaron a los que habían luchado contra él, aceptaron sus principios y valores y juntos formaron la clase política actual. Ahora sin fintas ni timos tienen que asumir su historia. No se trata de nostalgias seniles ni de anacrónicos ajustes de cuentas, sino de fundar definitivamente en ella nuestra identidad democrática. Por eso hay que preservar todo lo que alimente nuestra memoria democrática y estimular a que la hagan posible quienes fueron sus protagonistas. Antes de que desaparezcan. Enric Adroher (Gironella), Antonio Amat, Joaquín Satrústegui, Horacio Fernández Inguanzo, Jesús Prados Arrarte, Félix Carrasquer, Josep Pallach, Cipriano García, Carmelo Cembrero, Juan Antonio Zulueta, Ignacio Gallego, Justo Martínez Amutio, Manuel Ramos Armero, José Prat Pere Ardiaca, Félix Pons y tantos otros que nos han dejado llevándose con ellos la memoria de su lucha. Es imperativo recuperarla y evitar que suceda lo mismo con quienes están, estamos ya en capilla. Hemos de acometer la tarea de acopiar y salvaguardar los materiales existentes y de producir otros nuevos, realizando entrevistas y vídeos, suscitando memorias y textos, promoviendo investigaciones y tesis, multiplicando las lecturas de una historia que no puede ser monopolio de los partidos. Porque disponemos de una versión demócrata-cristiana-ucedista que nos viene de la mano de Javier Tusell; de una versión socialdemócrata que nos ha proporcionado Raymond Carr y Juan Pablo Fusi; de la versión ortodoxa psoeísta que propaga la editorial Sistema y las distintas fundaciones de la misma obediencia; de las sucesivas y no precisamente idénticas versiones de origen comunista. Todas ellas, sin duda alguna, legítimas, pero, por propia opción, parciales y partidarias, formando una constelación abierta y fragmentaria que exige ser colmada e integra da con muchas otras lecturas de esa misma realidad pasada.

Pero ¿cómo movilizar la voluntad de los protagonistas de esa realidad y de los otros historiadores, cómo poner a su disposición los recursos públicos y privados necesarios para llevarla a cabo? La sociedad y el Estado no pueden sustraerse a esa responsabilidad. Porque la memoria de la lucha por la democracia no sólo forma parte del patrimonio individual de las personas, sino que es también un bien común de todos los demócratas y de la comunidad política que tal se declara.

La memoria democrática tiene una constitutiva condición pública que conlleva obligaciones indeclinables, hoy lamentablemente olvidadas. Es, por ejemplo, inadmisible que, en casi veinte años, ningún Gobierno, y sobre todo los del PSOE, a quien tanto se ayudó, haya dado públicamente las gracias a uno solo de los países, organizaciones y personas que sostuvieron durante tanto tiempo el combate por la democracia española. No hay identidad que no esté anclada en un pasado. El deber colectivo de memoria, la obligación pública de constituirla corresponde al derecho individual de reclamarla, a la posibilidad personal de ejercerla. Sin, timos ni trampas. El derecho a. la memoria es uno de nuestros derechos esenciales. Del que no puede privársenos.

http://elpais.com/diario/1996/10/26/opinion/846280807_850215.html

* Pepín Vidal-Beneyto (1927-2010) fue un filósofo, sociólogo y politólogo español, activo conspirador contra el franquismo y fundador de la Junta Democrática. Fue uno de los críticos más impenitentes de la Transición y del régimen monárquico derivado de la misma.

** Fotografía de la toma de posesión del primer Gobierno de la Monarquía juancarlista en la escalinata del palacio de La Zarzuela, realizada a mediados de diciembre de 1975, apenas tres semanas después de la muerte de Franco. Flanqueando al monarca posan Carlos Arias Navarro y Manuel Fraga Iribarne, entonces presidente del Gobierno, y vicepresidente segundo y ministro de la Gobernación, respectivamente. Junto a un sonriente Arias, pone cara de circunstancias el teniente general de Santiago y Díaz de Mendívil, vicepresidente primero para Asuntos de la Defensa. En segunda fila aparecen José Solís Ruiz, ministro de Trabajo, y José María de Areilza, ministro de Asuntos Exteriores. Un escalón más arriba posan distraídos Adolfo Suárez y Rodolfo Martín Villa, titulares a su vez de la Secretaría General del Movimiento, y de Relaciones Sindicales. En lo más alto de la escalera destaca Leopoldo Calvo-Sotelo, a cargo entonces de la cartera de Comercio.